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viernes, 8 de junio de 2012

LAS PERSONAS ASERTIVAS



Las personas asertivas se sienten bien consigo mismas y sienten que los demás están bien. Las personas no asertivas actúan frente a los demás de forma sumisa o agresiva, es decir, no se sienten bien ni consigo mismas ni ante los demás.

 — Las personas sumisas.- No expresan sus emociones auténticas sino que se inclinan ante los deseos de los demás y reprimen los propios, es decir, viven la vida según las normas de los demás, e incluso, parece que hayan nacido para servir. 

— Las personas agresivas. - Avasallan a su alrededor y oprimen al débil imponiendo sus deseos y opiniones. No respetan la dignidad de los demás y humillan a quien sea necesario. Su agresividad es la coraza tras la que esconden una personalidad débil. Ambos tipos de personas tienen la autoestima baja y encorsetada, no tienen en consideración su propia fuerza de equilibrio personal y sienten en su interior que son inferiores a los demás. Desde su inseguridad actúa o bien inclinándose humildemente ante los demás. Todos ellos tienen un denominador común: la inseguridad personal. Hay dos razones fundamentales por las que hemos de ser asertivos: la primera, porque actuando así nos sentimos satisfechos con nosotros mismos; la segunda, porque tendremos muchas más posibilidades de conseguir lo que pretendemos. En infinidad de situaciones complicadas o difíciles, la gente reacciona de forma agresiva, gritando; en cambio, otros se quedan callados y su reacción más tarde es preguntarse qué otra cosa mejor podrían haber hecho. 

Veamos un ejemplo: Una persona que no aguarda su turno y se salta la cola en una tienda. Hay tres posibles reacciones por parte de las personas que hacen cola y lo han visto: 

— La agresiva: mostrarán su enfado vociferando y gesticulando. — La sumisa: no se atreverán a decirle nada aunque lo hayan visto. 

— La asertiva: se dirigirá al que se ha saltado la cola y le dirá algo, como por ejemplo: “Supongo que debe de tener muchas prisa, pero si usted hubiera llegado aquí hace media hora y estuviese aguardando el turno, no le gustaría que otra persona llegara y pasase delante. Si no le importa, le agradeceríamos que esperara su turno. Gracias.” Quien así haya hablado se sentirá satisfecho de haberlo hecho sin enfadarse. En cambio, en los dos primeros casos, tanto el agresivo como el sumiso se sentirán mal por su actitud. 

a) El triángulo asertivo 

Ser asertivo es fácil, simplemente no debemos dejarnos llevar por nuestros impulsos ni tener miedo al qué dirán. Para serlo se tiene que actuar con el personaje adulto y desde el triángulo asertivo. Grabe este símbolo del triángulo en su mente y, antes de responder visceralmente o de ver cómo le apabullan, aplíquelo, ya verá como conseguirá la agradable sensación que produce estar bien consigo mismo. 

Veamos a continuación la aplicación práctica del triángulo asertivo: 

— Vértice A: escuche activamente lo que la otra persona está diciendo. 

— Vértice B: diga lo que piensa u opina al respecto. 

— Vértice C: diga lo que espera que suceda. Mediante el vértice A del triángulo asertivo, escuchará atentamente a la otra persona. Al hacerlo le estará demostrando que le comprende, que entiende también sus razones y sus puntos de vista, lo cual no quiere decir que lo comparta, ni que esté de acuerdo. A través del vértice B, dirá lo que piensa, al tiempo que expresa sus sentimientos o pensamientos sin insistir ni pedir respuestas. Finalmente, el vértice C le servirá para indicar la acción o resultado que desea, sin vacilar ni insistir, de una forma diáfana y directa, sin dar rodeos. 

Para una persona asertiva atrévase a: 

— Equivocarse. 

— Opinar. 

— Expresar su descontento. 

— Ser diferente. 

— A expresar sus ideas a sabiendas de que son distintas a las de su interlocutor. 

— A tener sentimientos y expresarlos. 

— A tener éxito. Diga que “no” si no desea decir “si” y diga “si” sólo cuando no desee decir “no”. Transmita su forma de ser: “Éste soy yo y esto es lo que siento, pienso y quiero”. El éxito está en su mente. Ser asertivo es fácil por lo tanto, no se deje llevar por la agresividad ni amedrentar por el temor. 

Recuerde el triángulo asertivo: 

— Vértice A: Escuchar. 

— Vértice B: Decir lo que se piensa. 

— Vértice C: Decir lo que se espera.

 b) El entrenamiento asertivo 

Como cualquier otra habilidad humana, la asertividad es susceptible de aprenderse, entrenarse y mejorarse. Esto se consigue mediante las Técnicas denominadas Entrenamiento Asertivo (o también Entrenamiento en Habilidades sociales, aunque esto engloba un mayor número de competencias). 1.- ¿Para qué un entrenamiento asertivo? Las habilidades sociales y más concretamente la asertividad son habilidades básicas para nuestro desenvolvimiento en la vida diaria. Las personas tenemos intereses y formas de ver el mundo distinto, por lo cual el conflicto interpersonal está a la orden del día. Cuando estas habilidades no están lo suficientemente desarrolladas o se emplean de forma equivocada surge la frustración y la insatisfacción. Con respecto a la salud mental es una técnica que se ha demostrado efectiva en el tratamiento de la depresión, ansiedad y estrés provocados por las relaciones interpersonales. Nos ayuda a respetar a los demás, y por ende a nosotros mismos. 2.- ¿Cómo es un entrenamiento asertivo? 

Hay varios métodos de Entrenamiento Asertivo, a continuación le mostramos un procedimiento estructurado en 6 etapas: 

— Identificar los estilos básicos de la conducta interpersonal: Estilo agresivo, pasivo y agresivo. La función de esta etapa es distinguir entre cada uno de los estilos, reconociendo la mejor forma de actuar de acorde con el estilo asertivo. Nos ayudará también a reconocer nuestros errores en este ámbito. 

— Identificar las situaciones en las cuales queremos ser más asertivos. Se trata de identificar en qué situaciones fallamos, y cómo deberíamos actuar en un futuro. Se analiza el grado en que nuestra respuesta a las situaciones problemáticas puede hacer que el resultado sea positivo o negativo. 

— Describir las situaciones problemáticas. Se trata de analizar las situaciones en términos de quién, cuando, qué y cómo interviene en esa escena, identificando nuestros pensamientos negativos y el objetivo que queremos conseguir. 

— Escribir un guión para el cambio de nuestra conducta. Es un plan escrito para afrontar la conducta de forma asertiva. Aquí se intenta poner por escrito las situaciones problema y clarificar lo que queremos conseguir. El entrenador moldea junto al paciente el guión para que este sea expresado de forma específica.

 — Desarrollo de lenguaje corporal adecuado. Se dan una serie de pautas de comportamiento en cuanto a lenguaje no verbal (la mirada, el tono de voz, la postura, etc.), y se dan las oportunas indicaciones para que la persona ensaye ante un espejo. 

— Aprender a identificar y evitar las manipulaciones de los demás. Las demás personas utilizan estratagemas para manipularle, haciéndole sentir culpable, evadiéndose de la conversación o haciéndose la victima. Se dan una serie de técnicas para resistirnos al influjo de los demás. 



Un excelente cuadro resumen de las competencias de una persona.

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