LA SELECCIÓN DEL PERSONAL

La selección de personal, por su importancia, no puede confiarse al azar o a la iniciativa individual aislada. Debe fundarse en una política claramente definida, sin la cual todo programa o procedimiento corre el riesgo de resultar ineficaz. En el proceso de selección podríamos destacar una serie de fases o etapas: 

— Análisis de las necesidades de estructura. 

— Descripción y análisis del puesto y de sus funciones.

 — Descripción o perfil del candidato. 

— Reclutamiento de candidatos. 

— Selección de candidatos. 

— Administración de pruebas. 

— Entrevista. 

— Evaluación y análisis de los resultados. 

El reclutamiento es la etapa cuyo objetivo fundamental es la búsqueda y obtención de candidatos que se interesen por la oferta que se ha elaborado a partir del análisis de necesidades. Para ello es posible acudir a dos grandes fuentes de candidatos: externas e internas. Ninguna tiene por qué ser la más idónea ni ser excluyente del resto. Las fuentes de reclutamiento deben ser utilizadas, generalmente, de forma complementaria Como técnicas de selección aparecen en lugar destacado los tests y la entrevista de selección. Pero todas estas técnicas se van enriqueciendo con la incorporación de medios informáticos y nuevos tipos de pruebas: casos prácticos, assesment center, etc. Igual que se señalaba con el reclutamiento ninguna técnica es mejor o peor. Dependerá del tipo de puesto a cubrir, de las características de la empresa, etc. que un método sea más adecuado que otro. En cualquier caso es recomendable la utilización combinada de los mismos, lo que producirá una decisión final más fundamentada. Cumplimentadas las fases anteriores de selección, se procederá al análisis de los resultados obtenidos. Dicho análisis comporta, por un lado, el contraste y ponderación de los diversos datos para cada candidato y, por otro, entre los diversos candidatos. El proceso termina con la decisión final, que será comunicada al candidato seleccionado y a los no seleccionados.