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martes, 10 de abril de 2012

COSTES FIJOS Y COSTES VARIABLES


Ejemplos típicos de costes fijos son: el sueldo del gerente, las amortizaciones de la maquinaria, el alquiler del edificio de oficinas, etc.


Un ejemplo claro de costes variables es la materia prima; cuantas más unidades produzcamos, más materia prima utilizaremos. Otro ejemplo, serían las comisiones de ventas fijadas en un tanto por ciento de la cifra de ventas.


La mano de obra puede ser un coste fijo o variable, dependiendo de las circunstancias. Si existe despido libre, y la empresa tiene intención de utilizarlo en períodos de baja actividad, entonces será variable. Si no existe despido libre, o la empresa tiene la política de mantener una cierta estabilidad en el empleo, entonces la mano de obra podrá considerarse como fija. Sin embargo, aun estando en ese caso, si se sabe que la empresa va a trabajar permanentemente a plena capacidad, y absorber las puntas con horas extra, la mano de obra debe considerarse variable a efectos prácticos.


En muchas ocasiones, existen costes que no responden exactamente a la clasificación antes mencionada. Por ejemplo, la energía eléctrica suele tener un coste por kilovatio- hora consumido (que será, por tanto, variable), y un coste por kilovatio instalado (que será, por tanto, fijo). A este tipo de costes les llamaremos costes semivariables, y se podrán descomponer en una parte fija y una parte variable.

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